Albunes
¿Han visto alguna vez los álbumes antiguos de sus
familiares? llenos de fotografías, aquellas más antiguos eran retratos hechos con máquinas
prehistóricas a blanco y negro, figuraban momentos in sólitos como tus abuelos en el altar,
otras retrataban las fiestas disco
de tus tías en los 70´s. Cuando aún era niña, quizá 8 o 10 años, mi pasatiempo favorito
al ir a la casa de mis abuelos en vacaciones era ojear una y otra vez estos álbumes, era un deleite comprobar cuan parecidas éramos mi madre y yo a mi edad.
Un día de vacaciones, en casa de mis abuelos, me dedicaba a sacar las fotos de mi madre de los álbunes y a volverlos a poner en su sitio, de repente una de las fotos que había extraído de uno de los
albunes , se deslizo bajo el escaparate de la habitación donde estaba, me
apresure a sacarla, pero al empujar dentro no solo
encontré la foto escurridiza, si no también otro album pequeño, pensé
que se había deslizado sin que lo advirtiera así que lo puse en una pila junto con
los demás hasta que llego el momento de re ojearlo, al limpiar el polvo, note
que la caratula no me era familiar durante la inspección al desconocido album,
note que ninguna de esas personas me eran tan extrañas como el pequeño libro, todas las imágenes estaban en blanco y negro, sin embargo al llegar
casi a la ultima fila, descubrí un rostro, mi rostro, de inmediato pensé que era mi madre, me aprecio una foto hermosa de nosotras, la extraje del
álbum y la puse en mi maleta.
La habitación que ocupaba en casa de mis abuelos era grande y
al llegar las celebraciones decembrinas se llenaba de la histeria y algarabía de
mis primos, todos nosotros dormíamos allí, durante ese tiempo las cosas no eran
mías ni tuyas, eran de todos; una de mis primas menores, sophie, de 5 años cogió
un día mi maleta y observo la foto, a la
hora de dormir me pregunto acerca de su origen, le dije que la había encontrado bajo la cómoda, a lo que ella respondió que le aprecia extraño que tuviera una foto
así de la niña que vivía cerca a la gruta, "no", le respondí, "es una foto de mama
o de la abuela a mi edad", enseguida sophie se quedo meditabunda y luego lanzo
un grito “mentirosa, es la foto de la niña cerca a la gruta, la vi hoy, llevaba
la misma ropa y me sonrió”, me quede
impresionada, pensé que quizás era un familiar que no conocíamos, a esa edad
era bastante curiosa y aventurera así que maquine una idea. A la mañana
siguiente, sophie y yo, en una bicicleta, bajamos deprisa por las pendientes
del pueblo en dirección a la gruta que queda a las afueras,
estaba ansiosa de conocer a la niña de la foto y llevarla a casa para la
cena de navidad, seguro que a todos les gustaría ver a un pariente más, al llegar, aseguramos la bici a un poste
al lado de la carretera y nos adentramos al camino que conduce la gruta que
queda a unos metros, no recordaba bien si en aquel lugar existía una casa o no,
era muy pequeña para recordar algo así; al llegar no vimos vivienda alguna,
pero sophi insistió que era allí a donde había visto a mi doble, al no haber
nadie, desilusionadas, retomamos de nuevo el camino hacia la carretera para
abordar nuestra bici, pero justo a mitad de camino algo nos detuvo, vimos cómo tras de un árbol una
figura blanca corría a ocultarse, era aquella extraña niña, con mi cara, nos
diferenciábamos en algunos aspectos, ella era más alta, más pálida y más rubia,
sophie enseguida saco la foto doblada y redoblada de su bolsillo, salvo algunas
manchas de golosinas, la foto y aquella
niña eran iguales, la vestimenta, la expresión de su rostro. “¿eres tú?” inquirió sophie, la niña respondió
afirmativamente; yo contenta por encontrar a aquella familiar, la invite educadamente a la cena de navidad, la
cara de a quien se hacia llamar Margarita, se ilumino al escuchar la
invitación y acepto gustosa agregando
que tenia mucho hambre y estaba cansada de esperar a su madre, así que las tres emprendimos el camino de
vuelta a casa.
Por fin de vuelta en casa, hicimos seguir a nuestra
invitada a la que le dimos de nuestra cena, la noche se sucedió, comimos, nos
divertimos, destapamos presentes, sophi voluntariamente le regaló a Margarita uno de los suyos y al pasar la medianoche nos metimos a la cama.
A la mañana siguiente, al despertar margarita ya no estaba con nosotras, así que corrimos a donde
nuestra madre a preguntarle por el paradero de nuestra amiga, ella exhalando un
pequeño suspiro dijo algo como “ supongo que ya se habrá ido, no te
preocupes, juega con las cosas que te
regalaron en navidad, no es bueno traer basura a casa”, pensé sin embargo, a pesar de la extraña respuesta
de mama, que margarita se había ido con su madre a su casa, las vacaciones pasaron, y tras esa navidad, mis padres y yo,
nos mudamos al exterior, así que no hemos vuelto a casa de los abuelos.
Hace pocos días me fracturé una pierna, para recuperarme he
decidido suspender las clases de la universidad por este semestre, el
tedio y el mucho tiempo liebre han hecho
que retome mi pasatiempo de la infancia
favorito, registrar viejas fotografías, en un álbum encontré las fotos
de aquel diciembre y recordé a margarita, me apresure a buscar una foto de nosotros
juntas, sin embargo, en las fotos solo aparecemos sophie, mis otros
primos y yo, en alguna de las fotos solo se ve como a nuestros pies hay un pequeño
saco que parece tener algo dentro, decidí preguntarle a mama por margarita o si en sus
llamadas podría preguntarle a mi tía que aún vive en el pueblo por ella, al pedírselo mi mama se ha sonreído, y me ha preguntado “ver esas fotografías, te
ha revivido el espíritu infantil ¿verdad?”, decidí cuestionar más a cerca de su
respuesta y la información que logre
obtener fue esta “ esa noche, sophi y tú,
se la pasaron arrastrando un saco, estábamos ebrios esa noche, y no nos
habíamos percatado de eso durante la cena, sin embargo a la mañana siguiente,
decidí ir a echarte un vistazo, sophie y tu dormían en la cama y justo en medio
estaba ese saco, decidí sacarlo y abrir lo que había adentro, no tenia nada que
más que tonterías, una canica, una pirinola, mechones de cabello y un abrigo desgastado, así que bote todo a la
basura”, no podía correr la respuesta de mama,
inmediatamente llame a sophie con al cual aun tenemos contacto y le conté, pensando que era un recuerdo falso que me había creado, despues de todo
era aun muy pequeña, sin embargo sophi, recordaba lo mismo que yo, a margarita
y su sonrisa inocente, decidí contarle la historia a mama, se me dificulto
conseguir que me creyera, puesto que la foto se había extraviado, sin embargo,
después de mucho insistir mi mama recordó que de niña mi abuelita solía llevarla
a la gruta, en la gruta rezaban ante la foto de una niña idéntica a ella, mi abuela le había contado que una vez, que
el primer esposo de su madre, y padre de
su hermana mayor, en un ataque de celos por la reciente nacimiento de mi
abuela, había perseguido a ambas a las afueras del pueblo, mi bisabuela y su ex esposo desaparecieron
esa noche, sin embargo, mi tía-abuela no,
en su huida del pueblo, mi bisabuela había escondido a mi margarita en
la gruta, y decidió distraer a su furibundo ex marido de la asustada niña,
mientras corría, al parecer el correr no funcionó,
el asesino tras matar a la madre, no satisfecho, decidió regresar por la
hija a quien solo basto un apretón de garganta para alejarla del mundo. Mi
abuela se hizo cada vez más ocupada y no
volvió a la gruta, hasta que un día
simplemente la historia cayó en el
olvido; almenos hasta que encontré aquel álbum.
Un escalofrió me recorre la espalda al contar esta historia y no puedo más que preguntarme ¿aun estará margarita
esperando por su madre?, deberían revisar con más detalle sus fotos de la infancia, con el tiempo los amigos simplemente se esfuman.